La vitamina A (retinol) es un nutriente esencial liposoluble (soluble en grasa) necesario en pequeñas cantidades para el funcionamiento normal del sistema visual, el mantenimiento de la integridad celular epitelial, de la función inmune, y de la reproducción. Normalmente las necesidades dietéticas de vitamina A son proporcionadas por el retinol preformado (principalmente como éster de retinilo) y por los carotenoides (que el cuerpo convierte en vitamina A).
Funciones específicas: La vitamina A funciona en dos niveles en el cuerpo: la primera está en el ciclo visual en la retina del ojo; el segundo está en todos los tejidos del cuerpo donde sistémicamente mantiene el crecimiento y la solidez de las células. En el sistema visual, el retinol es transportado al tejido ocular y a la retina por vía intracelular. La rodopsina, el pigmento visual fundamental para la visión con poca luz, se forma en células de bastones después de la conversión de trans-retinol total a retinaldehído (1). La ceguera nocturna es usualmente un indicador de cantidades inadecuadas de retinol disponible, pero también puede deberse a un déficit de otros nutrientes que son críticos para la regeneración de la rodopsina, como proteínas y zinc, y algunas enfermedades hereditarias, como la retinitis pigmentosa.
El crecimiento y la diferenciación de las células epiteliales en todo el cuerpo son especialmente afectados por la deficiencia de vitamina A. Además, el número de las células caliciformes (células secretoras de mucus, presentes en los revestimientos epiteliales de las mucosas de las vías respiratorias y el aparato digestive) se reduce en los tejidos epiteliales y, como consecuencia, las secreciones mucosas (con sus componentes antimicrobianos) disminuyen. Así, las células que recubren las superficies de los tejidos no se regeneran ni se diferencian, por lo tanto, se aplanan y se acumula queratina. Ambos factores, la disminución de las secreciones mucosas y la pérdida de la integridad de las células, reduce la capacidad del cuerpo para resistir la invasión de organismos patógenos (2).
Deficiencia de vitamina A: Es dificil definir la deficiencia en vitamin A. La OMS lo define como: “La concentracion tisular de vitamina A lo suficientemente bajo como para tener consecuencias adversas para la salud, incluso si no hay evidencia de xeroftalmia clínica (enfermedad ocular caracterizada por sequedad persistente de la conjuntiva y opacidad de la córnea)” (3).
El síntoma más frecuente de deficiencia de vitamina A es la ceguera nocturna, que es la manifestación más temprana de la xeroftalmia. Además de los signos y síntomas de xeroftalmía otros síntomas no tan especificos incluyen el aumento de la morbilidad y mortalidad, mala salud reproductiva, mayor riesgo de anemia y crecimiento y desarrollo lento. Sin embargo, estos sintomas adversos inespecíficos tambien pueden ser causados por otros déficits de nutrientes, por lo que es difícil atribuir los síntomas no oculares a la deficiencia de la vitamin A en ausencia de una medición directa de las concentraciones de vitamina A en el hígado (donde se encuentra almacenado).
Fuentes dietéticas: La vitamina A (retinol) se encuentra casi exclusivamente en productos de origen animal, como leche humana, carnes glandulares (especialmente hígado e hígado de pescado), yema de huevo, leche entera y otros productos lácteos. La vitamina A también se usa para fortificar los alimentos procesados que pueden incluir azúcar como los cereales y condimentos (4). Los carotenoides se encuentran en las verduras de hoja verde (por ejemplo, espinacas, amaranto y hojas jóvenes de varias fuentes), vegetales amarillos (por ejemplo, calabazas y zanahorias) y frutas amarillas y anaranjadas no cítricas (por ejemplo, mangos, albaricoques y papayas). Los alimentos que contienen carotenoides tienden a tener menos vitamina A biológicamente disponible pero son más accesibles que los productos animales. Es principalmente por esta razón que los carotenoides proporcionan la mayor parte de la vitamina A en las dietas de poblaciones económicamente desfavorecidas.
Unidades de expresión: En sangre, tejidos y leche humana, los niveles de vitamina A son convencionalmente expresados en mg/dl o mmol/l de trans-retinol total. La mayor parte de la vitamina A circulante es retinol, mientras que en la mayoría de los tejidos (como el hígado), secreciones (como la leche humana) y otros alimentos de origen animal, existe principalmente como ésteres de retinilo. Para expresar la actividad de la vitamina A de los carotenoides en 1967 se introdujo el concepto de equivalente de retinol (RE) y se estableció las siguientes relaciones entre las fuentes alimenticias de vitamina A (5):
1 µg retinol = 1 RE
1 µg β-carotene = 0.167 µg RE
Dosis recomendada: Cabe señalar que no hay suficientes datos adecuados disponibles para establecer los requisitos medios de ningún grupo poblacional y, por lo tanto, no se puede calcular y recomendar una ingesta diaria.
Sin embargo, hay información disponible sobre algunos hombres adultos con deficiencia de vitamina A que se han curado y sobre las cantidades de vitamina A que grupos que reciben ingestas bajas pero adecuadas para prevenir la aparición de síndromes relacionados con la deficiencia. Así, las cifras de los requerimientos medios dietéticos se derivan de estos, en el entendimiento de que la dosis es más alta que la dosis preventiva. Dichos datos están en los límites superiores del rango para cubrir los requerimientos dietéticos medios del 97.5% de la población (6).
Necesidad media estimada y nivel seguro de ingesta de vitamina A, por grupo:
Grupo | Requisito medio (µg RE/ día) | Ingesta segura recomendada (µg RE/ día) |
Infantes y niños | ||
0-6 meses | 180 | 375 |
7-12 meses | 190 | 400 |
1-3 años | 200 | 400 |
4-6 años | 200 | 450 |
7-9 años | 250 | 500 |
Adolescentes | ||
10-18 años | 330-400 | 600 |
Adultos | ||
Mujeres | ||
19-65 años | 270 | 500 |
65+ años | 300 | 600 |
Hombres | ||
19-65 años | 300 | 600 |
65+ años | 300 | 600 |
Mujeres embarazadas | 370 | 800 |
Mujeres lactando | 450 | 850 |
Fuente: adaptado de la referencia (6).
Toxicidad: Debido a que la vitamina A es soluble en grasas y se puede almacenar, principalmente en el hígado, el consumo rutinario de grandes cantidades de vitamina A durante un período de tiempo puede provocar síntomas tóxicos, incluido daño hepático, anomalías óseas y dolor en las articulaciones, alopecia, dolores de cabeza, vómitos y descamación de la piel (7).
Referencias:
- Jones G, DeLuca HF. HPLC of vitamin D and its metabolites. In: Makin HLJ, Newton R, eds. High performance liquid chromatography and its application to endocrinology. Berlin, Springer-Verlag, 1988:95–139 (Monographs on Endocrinology, volume 30).
- Tsoukas CD, Provvedini DM, Manolagas SC. 1,25-dihydroxyvitamin D3: a novel immunoregulatory hormone. Science, 1984, 224:1438–1440.
- Specker BL, Tsang RC, Hollis BW. Effect of race and diet on human milk vitamin D and 25-hydroxyvitamin D. American Journal of Diseases in Children, 1985, 139:1134–1137.
- Kalkwarf HJ et al. The effect of calcium supplementation on bone density during lactation and after weaning. New England Journal of Medicine, 1997, 337:523–528.
- Marino DD, King JC. Nutritional concerns during adolescence. PediatricClinics of North America, 1980, 27:125–139.
- Prince RL et al. The effects of menopause and age in calcitropic hormones: a cross-sectional study of 655 healthy women aged 35 to 90. Journal of Bone and Mineral Research, 1995, 10:835–842.
- Morris HA et al. Vitamin D and femoral neck fractures in elderly South Australian women. Medical Journal of Australia, 1984, 140:519–521.